PALMA, 7 Jul. - El jefe de departamento de Movilidad del Ayuntamiento de Palma que fue detenido en el caso del supuesto amaño del contrato de la ORA ha afirmado este viernes que el calabozo en el que pasó tres días "era un sitio de tortura en el que no había noción del paso del tiempo".
El funcionario, jefe de la mesa de contratación en el concurso de la ORA, ha declarado como testigo en la sesión de este viernes del juicio contra los investigadores del caso Cursach, el juez Manuel Penalva y el fiscal Miguel Ángel Subirán, y cuatro agentes de Blanqueo.
"Tenía la sensación de que el calabozo era un sitio de tortura. Solo había una ventana y tres veces al día me traían pan seco con jamón o queso. Si querías beber agua tenías que pedir permiso para ir al baño. Me pasé tres días totalmente incomunicado pensando qué había hecho mal y pidiendo ir a declarar. No podía dormir", ha relatado.
El funcionario ha explicado que antes incluso de la declaración, uno de los agentes acusados le ofreció declarar contra Jaume Roig, Álvaro Gijón y José María Rodríguez para pasar de detenido a testigo.
También se ha referido a la declaración judicial frente al fiscal Subirán. "Llevaba la voz cantante y cuando trataba de explicarme parecía que no le interesaba y pasaba a la siguiente pregunta", ha señalado, después de asegurar que el despacho, con fotos de safaris, "intimidaba".
Antes, una funcionaria que también fue detenida en esta causa, ha asegurado, sin embargo, que no se sintió ni intimidada ni presionada.
La testigo ha señalado también que tuvo la sensación de que los investigadores no conocían los pormenores de la contratación pública. "No entendía que hacía allí. Por mi puesto, creo que no me habrían detenido ni investigado porque solo me encargaba de revisar la solvencia económica", ha afirmado.