La edad media de inicio de consumo de pornografía es de 12,85 años en Baleares, según un estudio presentado por la profesora Valentina Milano de la Universitat de les Illes Balears (UIB).
El estudio revela que un alarmante 76,2% de los encuestados ve pornografía "hardcore" o "cruda", y un 17,5% admite haber tenido sus primeras experiencias con la pornografía a los 8 o 9 años.
Según el informe, el 5,4% de los jóvenes varones encuestados reconocen haber prescindido del consentimiento en el sexo o haber presionado a otra persona debido al consumo de pornografía. Por otro lado, el 8,9% de las chicas admite haberse sentido presionadas o forzadas a realizar actos sexuales no deseados, en comparación con el 2,2% de los chicos.
El estudio, que se ha llevado a cabo encuestando a 3.629 jóvenes de entre 13 y 18 años de 76 centros educativos, destaca los efectos perjudiciales del consumo de pornografía en los adolescentes. Estos efectos incluyen la reducción del uso del preservativo, el aumento del sexo con personas desconocidas, el envío de imágenes pornográficas a amigos y la insatisfacción en las relaciones sexuales.
La autora del estudio advierte que la pornografía actual es muy diferente a la de hace 20 años, ya que permite un acceso fácil y gratuito con tan solo uno o dos clics. Además, contiene imágenes explícitas que muestran la sumisión y cosificación de las mujeres, normalizando comportamientos sexuales dañinos.
La pornografía actual también tiene un alto porcentaje de violencia sexual, representando entre el 80% y el 90% de los contenidos. Esto incluye desde violaciones hasta abusos a menores y abusos incestuosos, una realidad extremadamente grave según la experta.
El estudio destaca que el acceso rápido y discreto a través de tecnologías globales, la influencia de la industria del sexo y la falta de capacidad preventiva de las familias, los sistemas educativos y el Estado son factores que permiten este consumo problemático.
Los riesgos identificados incluyen el consumo problemático de pornografía, la exposición a adultos y compañeros inapropiados y el comportamiento perjudicial. Esto puede llevar a que los menores se conviertan no solo en víctimas, sino también en perpetradores de conductas delictivas.
El estudio también revela que el 91,7% de los adolescentes y el 89,3% de las adolescentes de entre 13 y 18 años han visto pornografía. Además, el 17,5% de los encuestados tuvo sus primeras experiencias con la pornografía a una edad tan temprana como 8 o 9 años, y el 93,3% comienza a consumir pornografía antes de los 14 años.
Es preocupante que el 76,2% de los encuestados consuma pornografía "hardcore" o "cruda", y un 32% admite ver pornografía una vez al día. Además, un 12,9% reconoce consumir este tipo de contenido después de medianoche, lo que subraya la importancia de no permitir que los jóvenes tengan dispositivos electrónicos en sus habitaciones durante la noche.