El exgerente del Instituto Municipal del Deporte (IME), José María González, ha afirmado que al llegar al cargo en 2015, detectó irregularidades que beneficiaban constantemente a la empresa de la familia Roig.
En declaraciones efectuadas durante el juicio contra los investigadores del caso Cursach, González explicó que encargó un informe pericial al descubrir anomalías como facturas que no coincidían con los precios, albaranes sin precios, facturas infladas y facturas excesivas por horas trabajadas, entre otras.
También hizo referencia a la "amistad íntima" entre el empresario Antoni Roig y el exjefe de mantenimiento Alberto Serna, quien siempre se quejaba cuando la empresa de Roig salía perjudicada. Según González, esto generaba una gran molestia y le preguntaba a Serna quién le pagaba.
El exgerente del IME señaló que era bien sabido en la institución que Serna y Roig tenían una estrecha amistad y que, casualmente, la empresa de Roig siempre se beneficiaba. González recordó que el caso IME terminó con un acuerdo con la Fiscalía.
En el mismo juicio, el exalcalde de Palma Ramón Aguiló también declaró como testigo y reveló que en los años 80, una empresa de la familia Roig ofreció un soborno al PSIB para obtener la adjudicación de un contrato de semáforos en la ciudad.
Aguiló dijo que en ese momento, un concejal le informó que la empresa Roig se había dado cuenta de que su oferta no era la mejor valorada, por lo que estaba dispuesta a ofrecer dinero al PSIB para obtener nuevamente el contrato de mantenimiento. Aguiló se negó rotundamente y afirmó que se debía cumplir con todos los requisitos legales en el proceso de adjudicación.
El juicio contra los investigadores del caso Cursach continúa con más declaraciones de testigos, incluyendo miembros del Cuerpo Nacional de Policía del Grupo de Blanqueo de Capitales.