El magistrado piensa que en "una sociedad democrática no puede criminalizar el sobresalto que puede ocasionar una manifestación"

   El juez de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares ha absuelto a todos y cada uno de los acusados del caso Confeti, que fueron juzgados entre el 13 y el 16 de junio por un presunto delito de desórdenes públicos.

   Cabe rememorar que la Fiscalía retiró la acusación a lo largo de la última día del juicio contra entre los jóvenes, al comprender que no se encontraba que se encuentra en la queja contra la masificación turística, estructurada por Arran en el Moll Vell del 22 de julio de 2017.

   En la sentencia, los 11 imputados sobrantes, para los que se solicitaba entre 2 y 4 años de prisión, asimismo fueron exculpados.

   En el lapso de la concentración, según muestra el juez en la sentencia, se activaron botes de humo y, cuando menos, una bengala y se lanzó confeti, pero "no se ocasionó ningún género de daño o perjuicio, alén de las afecciones producidas por el humo a la gente ubicadas en las cercanías".

   Durante el juicio, nueve de los 12 acusados negaron haber asistido a la queja de Arran en el puerto de la ciudad más importante balear. Por su parte, los tres imputados sobrantes, que reconocieron haber participado, aseguraron que en ningún instante fue un acto violento y que duró como máximo unos 15 minutos.

   La defensa aportó distintas presentes y pruebas a lo largo del juicio que ratificaron la versión de los acusados y no los situaban en el Moll Vell el día de la queja de Arran, sino más bien en otros sitios apartados del puerto de Palma.

   Durante el juicio, entre los abogados de la defensa, el letrado Josep de Luis, incidió en que la Policía no había visto "ningún ilícito penal" en estos sucesos y estimó que la Fiscalía no charlaba "de autoría específica", ya que "se debería haber reconocido a quienes activaron las bengalas" si verdaderamente representaron un riesgo.

EL JUEZ NO VE "PELIGRO" EN LA MANIFESTACIÓN

   En la sentencia, el juez señala que "llama la atención" que no se elaborase atestado y que se remitiera el trabajo-informe al juzgado 50 días tras sucedidos los hechos.

   El magistrado muestra que la manifestación "no fue correctamente comunicada a la autoridad su celebración, pero no por este motivo los competidores dejaron de estar en el ámbito del ejercicio de los derechos a la libre expresión".

   En el lapso de la concentración, según el juez, se activaron botes de humo y, por lo menos, una bengala y se lanzó confeti, pero "no se ocasionó ningún género de daño o perjuicio, alén de las afecciones producidas por el humo a la gente ubicadas en las cercanías". En este punto, añade que "no se alteró la paz pública" y, más que nada, "no se ejecutó ningún acto de crueldad de ningún género". Tampoco valora "la presencia de riesgo para la gente o para los recursos" que estaban allí presentes.

   En la sentencia, el magistrado apunta que se provocaron "afecciones" a los clientes del servicio del lugar de comidas por el humo causado y la situación "asombroso" de una pequeña manifestación con pancartas y reivindicaciones, humo, bengalas y confeti. Sin embargo, piensa que "una sociedad democrática no puede criminalizar el sobresalto que puede ocasionar una manifestación en los comensales de un lugar de comidas".

   Además, afirma que "el derecho a no ser molestado mientras que se cena en un lugar de comidas no puede primar sobre el derecho a protestar pacíficamente". "No se practicaron actos violentos sobre personas o cosas, no se conminó a absolutamente nadie y, según expresan los agentes de orden público, no se causó ningún riesgo para personas o recursos. Tampoco se provocaron daños de ningún género", añade.

   De este modo, el juez concluye que se trató de "una corto acción de queja donde varios de los participantes de la manifestación usaron una o 2 bengalas, tiraron confeti y activaron botes de humo y esto ocasionó afecciones y una alguna alarma a ciertos clientes del servicio del lugar".