El exedil del Ayuntamiento de Palma Andreu Alcover ha revelado detalles alarmantes durante el juicio contra los investigadores del caso Cursach. Alcover ha declarado que durante el proceso de adjudicación de un contrato de iluminación municipal, el empresario Antoni Roig, quien participaba en el procedimiento, visitó su despacho y dio la impresión de que había una especie de presión para obtener el contrato.
Alcover ha aclarado que Roig no llegó a ponerle 100.000 euros sobre la mesa, como algunos especulaban, pero ha dejado claro que la reunión fue bastante inusual y que nunca había tenido una situación similar anteriormente.
El exregidor ha destacado que no era normal que un empresario involucrado en el concurso acudiera directamente a su despacho como si fuera su territorio. Alcover ha comentado que había oído rumores previos sobre Roig y que este visitó su despacho para ver si había algo que se pudiera hacer o alguna forma de arreglar la situación en su favor.
Además, Alcover ha mencionado que al entrar en el gobierno, el regidor anterior le advirtió sobre este contrato y le señaló que era un problema pendiente, ya que no se había podido adjudicar debido a la falta de acuerdo en la mesa de contratación. Como último recurso, se intentó delegar la decisión en una comisión técnica.
Finalmente, la UTE que competía con la participación de Roig presentaba una oferta económicamente más ventajosa, lo que llevó a que fuera la que obtuviera el contrato.