En un evento sin precedentes para el ciclismo, la ciclista española Mavi García se ha alzado con una destacada medalla de bronce en la prueba en línea de los Campeonatos Mundiales de ciclismo en ruta, que tienen lugar en Kigali, Ruanda. En esta emocionante competencia, la canadiense Magdeleine Vallieres se ha coronado campeona mundial en esta modalidad.

A sus 41 años, la balear Mavi García ha hecho historia al conseguir esta medalla, que representa la segunda vez que España se mete en el podio de esta prueba absoluta en un Campeonato del Mundo de ruta. La primera fue en 2002, cuando Joane Somarriba también obtuvo un bronce.

El trazado de la carrera, con una extensión de 164,6 kilómetros, incluyó desafiantes subidas como el Kigali Golf, con una pendiente media del 8,1% y Kimihurura, un tramo empedrado que se extendía por 1,3 kilómetros con pendientes del 6,3%. Fue en la penúltima vuelta del circuito cuando las ciclistas comenzaron a definir sus posiciones en la competición.

La canadiense Vallieres tomó la delantera en un sector de adoquines, a tan solo dos kilómetros de la meta, para afrontar en solitario la ardua subida del muro de Kimihurura, cruzando la línea de meta con un tiempo de 4:34:48. De esta forma, se convirtió en la sucesora de la neerlandesa Demi Vollering, quien se quedó fuera del podio al finalizar en séptima posición, a un minuto y 34 segundos de la ganadora. La neozelandesa Niamh Fisher-Black llegó en un segundo lugar a 23 segundos, mientras que García cerró el podio a 27 segundos detrás.

Tras finalizar la carrera, Mavi García expresó su asombro por el logro: “Estoy en shock. Cuando gané el Tour, sabía lo que había conseguido, pero aquí aún no me lo puedo creer. Todo ha sido muy extraño; la carrera empezó de manera bastante lenta. Me sentía en buena forma, pero fue crucial encontrar el momento adecuado para escapar. Tenía buenas piernas, pero no puedo aceptar lo que ha pasado”, declaró con emoción.

Asimismo, destacó la importancia de mantenerse enfocada en su objetivo: “Estaba concentrada en lo que tenía delante. Observaba a Fisher-Black, y notaba que cada vez le costaba más seguir el ritmo. Pensé que tenía una oportunidad de alcanzarla, pero también me preocupaba lo que sucedía detrás, porque la medalla era lo más relevante. Solo quería cruzar la meta. Ahora puedo decir que 'ya he hecho todo', y el próximo año podré disfrutar y ayudar a los demás. Todo ha quedado logrado”, concluyó García.