Podemos ha anunciado el cierre de nueve de sus delegaciones territoriales, incluida la de Baleares, y el despido de al menos la mitad de su plantilla debido a la pérdida de representación institucional en las elecciones autonómicas del 28 de mayo y en las generales del 23 de julio.

En una carta enviada a sus empleados, el partido reconoce que se enfrenta a un nuevo escenario que supone una importante reducción de ingresos. Por tanto, se verán obligados a realizar una profunda reorganización del partido y recortar gastos para adaptarse a esta situación.

La reducción de escaños en los parlamentos autonómicos y en las Cortes Generales es la justificación que da Podemos para esta reestructuración. Esto llevará al cierre de centros de trabajo en nueve autonomías y a una reducción de la plantilla en la sede central.

El partido ha anunciado también la apertura de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) por razones económicas, técnicas y organizativas. Este ERE afectará a un total de 45 trabajadores y se abrirá un proceso de negociación para encontrar las mejores soluciones.

En las elecciones del 28 de mayo, el partido perdió peso territorial al no obtener representación en importantes plazas como Madrid y Valencia, y no lograr su objetivo de entrar en los parlamentos de Castilla-La Mancha y Cantabria. En las elecciones generales del 23 de julio, solo obtuvieron cinco escaños de los 31 conseguidos por la coalición Sumar.