La presencia de la Corona de Aragón en las Islas Baleares durante la Edad Moderna fue un periodo de gran importancia para el desarrollo histórico de esta región. Durante siglos, la Corona de Aragón ejerció su dominio sobre las islas, dejando una huella imborrable en su cultura, economía y sociedad.
El dominio de la Corona de Aragón en las Islas Baleares comenzó con la conquista de Mallorca por parte del rey Jaime I en 1229. Este hecho marcó el inicio de la presencia aragonesa en la región, que se extendió posteriormente a Menorca, Ibiza y Formentera. La conquista de estas islas supuso la integración de Baleares en el reino aragonés, estableciendo un nuevo orden político y socioeconómico en la región.
Una vez conquistadas las Islas Baleares, la Corona de Aragón estableció una administración centralizada en la región, que se encargaba de gestionar los asuntos políticos, económicos y sociales de los territorios insulares. Mallorca se convirtió en la principal isla administrativa, desde donde se controlaban las demás islas del archipiélago.
La presencia de la Corona de Aragón en las Islas Baleares trajo consigo importantes cambios en la economía de la región. Se fomentó el comercio y la navegación, lo que impulsó el crecimiento de las principales ciudades como Palma de Mallorca e Ibiza. Además, se promovió la agricultura y la ganadería, convirtiendo a las Baleares en una región próspera y rica en recursos naturales.
Durante el dominio de la Corona de Aragón en las Islas Baleares, se vivió un período de esplendor en el ámbito artístico y cultural. Se construyeron numerosos edificios religiosos y civiles, destacando la Catedral de Mallorca y el castillo de Bellver. Además, se fomentó la creación literaria y artística, con la presencia de destacados escritores y artistas en la región.
La sociedad en las Islas Baleares durante la dominación aragonesa estaba dividida en diferentes estamentos, siendo los nobles, el clero y los comerciantes los grupos más influyentes. Se establecieron normas y leyes que regulaban la convivencia y el comportamiento de los habitantes de la región, creando un orden social jerarquizado y estratificado.
La religión desempeñó un papel fundamental en la vida cotidiana de los habitantes de las Islas Baleares durante la Edad Moderna. La Iglesia Católica era la institución dominante, ejerciendo un gran poder sobre la sociedad y la política de la región. Se construyeron numerosas iglesias y monasterios, que se convirtieron en centros de poder e influencia en las islas.
A finales de la Edad Moderna, el dominio de la Corona de Aragón en las Islas Baleares comenzó a debilitarse. La región se vio afectada por conflictos internos y por la presión de potencias extranjeras como Francia y Turquía, que amenazaban la integridad de los territorios insulares. Este periodo de inestabilidad marcó el inicio del fin del dominio aragonés en las Baleares.
En 1715, tras la Guerra de Sucesión Española, las Islas Baleares fueron anexionadas a la Corona de España, poniendo fin al dominio de la Corona de Aragón en la región. A partir de ese momento, las Baleares formaron parte del reino español, integrándose en un nuevo orden político y administrativo que marcó el inicio de una nueva etapa en la historia de la región.
A pesar de la pérdida del dominio aragonés, la presencia de la Corona de Aragón en las Islas Baleares dejó un legado duradero en la cultura, la arquitectura y la sociedad de la región. Muchos de los edificios y monumentos construidos durante este periodo siguen en pie, recordando la importancia de la influencia aragonesa en la historia de Baleares.
El dominio de la Corona de Aragón en las Islas Baleares durante la Edad Moderna fue un periodo de gran relevancia para la historia de la región. La conquista aragonesa marcó el inicio de una etapa de esplendor cultural y económico, que dejó una huella imborrable en la sociedad balear. Aunque el dominio aragonés llegó a su fin, su legado perdura en las islas, recordando la importancia de este periodo para la identidad y la historia de Baleares.