Crónica Baleares.

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Confesó con frialdad el autor del doble crimen en Sa Pobla y reveló que se dirigió a Son Banya.

Confesó con frialdad el autor del doble crimen en Sa Pobla y reveló que se dirigió a Son Banya.

En Palma, el 22 de enero, las nuevas revelaciones sobre un caso de doble homicidio golpean a la comunidad. El protagonista de esta trágica historia es un hombre que, en mayo de 2021, confesó haber asesinado a su esposa y a su hijo en Sa Pobla. Durante su arresto, mostró una frialdad inquietante al compartir con la Policía Nacional que, tras cometer el crimen, se dirigió a Son Banya para contratar a una prostituta.

Agentes que estuvieron presentes en el arresto han subrayado que el hombre, en todo momento, colaboró con las autoridades. Su confesión, aunque espontánea, generó una reacción escalofriante entre los policías. Según relatan, aunque posteriormente decidió no declarar más en el interrogatorio formal y se acogió a su derecho a mantener silencio, no puso objeciones a la extracción de su ADN.

En cuanto al desarrollo de los acontecimientos, la inspectora de la Policía Nacional recibió un alarmante comunicado de la Guardia Civil que informaba sobre el doble homicidio. En una conversación inquietante, el agente de la Benemérita le mencionó que “los cuerpos todavía estaban calientes”, lo que provocó la activación inmediata de un dispositivo de búsqueda para localizar al sospechoso.

Tras recibir el aviso, la agente contactó rápidamente al autor confeso, quien se encontraba en un torrente en Palma. Fue en ese instante clave cuando las autoridades le hicieron saber: “Sabemos lo que has hecho, ya no hay vuelta atrás, pero te ayudaremos si te entregas”. El acusado accedió a proporcionar su ubicación exacta, que se hallaba en el torrente del Portixol, cerca de la calle México.

Los oficiales que intervinieron en la captura relatan que, al llegar al lugar y observar al sospechoso a unos 100 metros, este estaba hablando por teléfono con la sala de emergencias de la Policía Nacional. En un enfoque decidido, le solicitaron que se echara al suelo para proceder a su inmovilización. Mientras cumplía la orden, el hombre repetía en un estado de angustia, “¿qué he hecho, qué he hecho?, he matado a mi mujer”.

El detenido, siempre mostrado como colaborativo, narró a los agentes que tras perpetrar el atroz acto, se dirigió a Son Banya y luego contrató a una prostituta. Es importante destacar que, a pesar de la naturaleza de sus acciones, no presentaba signos que sugirieran el consumo de drogas o sustancias nocivas en ese momento.