Crónica Baleares.

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El Consell de Menorca facilitará la pesca de langostas a embarcaciones mallorquinas.

El Consell de Menorca facilitará la pesca de langostas a embarcaciones mallorquinas.

En una decisión polémica, el Consell de Menorca tendrá la potestad de determinar si las embarcaciones provenientes de Mallorca pueden pescar langostas en las aguas que rodean esta isla, mediante informes vinculantes.

Así lo ha adelantado el director general de Pesca del Govern, Antonio María Grau, al ser consultado sobre el proyecto de ordenanza que está siendo preparado para regular la pesca de langostas en las aguas interiores de las Islas Baleares y el acceso de los barcos de artes menores de Mallorca a Menorca.

Grau ha explicado que esta nueva normativa surge de la necesidad de simplificar y aclarar las regulaciones existentes en cuanto a la pesca de langostas, ya que actualmente se entrecruzan distintas normativas que resultan complejas y contradictorias.

Por un lado, hay una norma estatal que limita la permanencia de las embarcaciones en el mar Mediterráneo a un máximo de 16 horas fuera de puerto.

Por otro lado, existen dos normativas autonómicas, una de las cuales es el Decreto de Artes Menores, que establece que las embarcaciones no pueden alejarse más de 24 millas de su puerto base y que requieren de un permiso de la Dirección General de Pesca para cambiar de isla. Sin embargo, otro decreto autonómico sobre el cambio de base menciona que un barco puede cambiar de puerto siempre que no permanezca más de 48 horas fuera, pero no especifica si esto incluye un cambio de isla.

Ante esta situación, Grau ha señalado que se buscará subsanar este vacío legal en los próximos meses a través de la nueva ordenanza propuesta.

Otro factor que ha motivado esta iniciativa de reforma es que durante la temporada de pesca de langostas, que va del 1 de abril al 31 de agosto, las embarcaciones mallorquinas pescan con palangre en las aguas de Menorca, capturando especies como el dentón común y el pargo común. Esto repercute en una disminución de la pesca disponible para los pescadores de Menorca una vez finaliza la temporada de langostas.

Grau ha expresado su apoyo a los pescadores de Menorca en este asunto, aunque ha sugerido que las cofradías de pescadores de ambas islas deberían llegar a un acuerdo para resolver esta controversia.

Por otro lado, ha señalado que la pesca de langostas suele llevarse a cabo en aguas compartidas entre Mallorca y Menorca, y en el Govern existe la sospecha, no respaldada por estudios, de que la reserva marina del norte de Menorca exporta peces de calidad al exterior. Por ende, se pretende establecer una reglamentación que requiera que el permiso para cambiar de isla, concedido por la Dirección General de Pesca, esté respaldado por un informe vinculante del Consell de Menorca.

A pesar de todo, Grau ha aclarado que solo cuatro barcos de Mallorca se desplazan a pescar a la isla vecina, lo cual ha generado malestar entre los pescadores menorquines.

Por su parte, Domingo Bonnín, presidente de la Federación de las Cofradías de Pescadores de Baleares, ha destacado que la regulación específica de la pesca de langostas en el archipiélago, que data de la época franquista, ha contribuido a mantener de manera sostenible los recursos pesqueros en las aguas baleares. De hecho, gracias a esta regulación, se han capturado hasta 53 toneladas de langostas en un año en todo el archipiélago, lo que sugiere que los recursos no están agotados.

Según la federación, en Baleares hay aproximadamente entre 120 y 130 embarcaciones de artes menores habilitadas para la pesca de langostas, aunque no todas inician la temporada de pesca de langostas el 1 de abril y solo se dedican plenamente a esta actividad en los meses de julio y agosto, ya que estas fechas coinciden con la pesca de otras especies como sepias, chanquetes y atún, lo que permite diversificar las capturas según la rentabilidad de su venta.

A pesar del panorama positivo señalado por Bonnín, la bióloga marina Sandra Mallol, del Instituto Español Oceanográfico (IEO), ha advertido que la población de langostas en el Mediterráneo está siendo sobreexplotada, aunque en lugares como Baleares se encuentre en una condición relativamente más saludable.

Mallol ha explicado que esta situación se ha logrado gracias a las regulaciones aplicadas a lo largo de los años y a los estudios científicos, que han permitido una pesca sostenible de esta especie, fundamental para gran parte de la flota pesquera artesanal, especialmente en Menorca e Ibiza.

La bióloga ha destacado que el descontrol en la pesca de langostas en regiones como Cataluña, la Comunidad Valenciana y Andalucía, e incluso la desaparición comercial de esta pesca en la vertiente cantábrica, ha contribuido a la situación de sobreexplotación en el Mediterráneo.

En cuanto al impacto del aumento de la temperatura del mar Mediterráneo en las langostas, Mallol ha mencionado que estudios preliminares del IEO indican un retraso en la etapa de fecundación y desove de las hembras, lo cual podría afectar a la población de langostas en el futuro.