Líderes socialistas abogan por el federalismo para consolidar Europa frente a un PP alineado con Vox.
En la antesala del XV Congreso del PSIB-PSOE, se ha llevado a cabo un interesante debate en Palma centrado en temas cruciales como vivienda, financiación y migración, en el que participaron destacadas figuras del partido.
El evento destacó la presencia de la secretaria general del PSIB-PSOE, Francina Armengol, así como del primer secretario del PSC y presidente de la Generalitat de Catalunya, Salvador Illa, y del exlíder valenciano, Ximo Puig. Los tres coincidieron en que el federalismo emerge como la única opción viable para fortalecer a Europa en un contexto internacional marcado por complejidades y desafíos, especialmente ante un Partido Popular que, según ellos, se ha alineado con la extrema derecha.
Durante el acto, Illa enfatizó la relevancia del proyecto europeo en lo que describió como un "cambio histórico". Aseguró que es fundamental elevar la perspectiva y trabajar juntos para robustecer tanto a España como a Europa, insistiendo en que el federalismo es el camino a seguir, respetando siempre las diversas identidades que conforman el continente.
Armengol y Puig respaldaron firmemente estas afirmaciones, subrayando la necesidad de un impulso europeísta más fuerte que nunca, advirtiendo que sin una Europa cohesiva no se vislumbra futuro alguno.
La líder socialista en las Islas Baleares reclamó una política más eficaz y sólida, una manera de gestionar que, en su opinión, tampoco se refleja en la Comunidad Valenciana ni en su propio archipiélago, donde gobierna el PP.
En el marco del diálogo, los políticos socialistas también defendieron la necesidad de una ley de vivienda estatal e insistieron en la intervención del mercado, criticando la oposición del Partido Popular a mejorar la situación financiera de las comunidades autónomas mediante la condonación de deudas.
Armengol no se mostró reacia a señalar su descontento con la postura del Govern balear respecto a la reforma de la ley de extranjería, que permitiría la distribución de menores migrantes no acompañados. Su crítica se centró en que rechazar la acogida de 59 migrantes es simplemente "indigno" y "un verdadero escándalo".
La secretaria general cuestionó la paradoja que implica afirmar que Baleares es una de las comunidades más prósperas, con capacidad para recibir más de 17 millones de turistas, mientras se niega la acogida a un grupo tan pequeño de migrantes. Se lanzó una interrogante provocadora: "¿Acaso por ser africanos no merecen ese apoyo?"
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