Un reciente informe de la organización Caminando Fronteras revela datos alarmantes sobre la situación de la inmigración en las Islas Baleares. Se estima que más de 500 personas han perdido la vida durante su travesía desde Argelia hacia el archipiélago balear, una ruta que se ha convertido en una de las más peligrosas del Mediterráneo occidental.
Según los datos recientes, en el año 2024, más de 5.800 inmigrantes han llegado a las costas de Baleares en 348 pateras, lo que representa un incremento de más del 150% en comparación con el año anterior, donde se contabilizaron 2.175 llegadas a bordo de 136 embarcaciones. Este alarmante aumento ha generado preocupación entre las autoridades regionales, que alertan sobre la falta de recursos para gestionar la situación.
El informe de Caminando Fronteras destaca que la ruta que conecta Argelia con Baleares se ha consolidado como un paso de alta peligrosidad para los migrantes. En el recuento realizado por Europa Press con los datos proporcionados por la Delegación del Gobierno en Baleares, se menciona que Mallorca recibió a 2.830 personas en 158 pateras, Ibiza 346 en 22 embarcaciones y Formentera 2.670 en 167 pateras a lo largo del año.
Desde el 24 de enero, fecha de llegada de la primera patera del año, hasta el 30 de diciembre, casi 350 embarcaciones han arribado a las costeras isleñas, muchas de las cuales transportaban entre cinco y 20 migrantes. Sin embargo, han sucedido incidentes trágicos, como en el caso de una patera que fue rescatada con tres sobrevivientes el 11 de octubre, donde otros 11 migrantes perdieron la vida en el trayecto que debería haber durado solo 11 días.
En otro suceso registrado el 14 de diciembre, 13 migrantes fueron rescatados a 60 millas de Formentera; una tensión que culminó en la muerte de dos personas y dejó a uno herido grave. La embarcación naufragó debido a las condiciones marítimas adversas, lo que provocó el trágico desenlace para varios de sus ocupantes, cuyos cuerpos permanecen desaparecidos, según la Guardia Civil, que ha iniciado una investigación sobre el incidente.
La situación de los menores migrantes no acompañados también está en el punto de mira. En 2024, se reportó la llegada de 347 menores a Mallorca, lo que ha llevado al Govern balear a solicitar ayuda al Gobierno central, argumentando que la región no puede seguir recibiendo más niños sin la debida atención y recursos. La presidenta del Govern, Marga Prohens, aboga por un cambio significativo en la política migratoria para evitar un colapso en servicios esenciales.
Prohens ha advertido que Baleares podría enfrentar una crisis similar a la de Canarias si no se toman medidas inmediatas. Subrayó que las soluciones deben ir más allá de meros repartos que deshumanizan a los menores y, en su lugar, se necesita hablar de una protección efectiva de las fronteras. La saturación de servicios de acogida ya ha sido reconocida por los consells insulares, que claman por más recursos y protocolos para gestionar este fenómeno migratorio creciente.
El Gobierno balear ha manifestado su rechazo a asumir nuevos repartos de menores provenientes de otras comunidades autónomas, dada la creciente presión que afrontar el archipiélago. La situación en Ibiza, Formentera y Mallorca se ha calificado como "muy grave", con la necesidad urgente de más personal y centros dedicados a la atención de migrantes, una preocupación que se mantiene desde hace meses.
Finalmente, el IMAS reitera la urgencia de habilitar más espacios para menores migrantes no acompañados. La falta de capacidad para atender a estos niños ha llevado al Consell de Mallorca a solicitar la cesión de instalaciones al Gobierno español, un esfuerzo que, según el delegado del Gobierno en Baleares, Alfonso Rodríguez, está siendo considerado por el Ministerio de Defensa.
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