En el juicio contra los investigadores del caso Cursach, un agente de la Policía Local de Palma ha revelado que existía una "obsesión" con Álvaro Gijón, ex político del PP, y ha afirmado que él era el objetivo principal. Según el testimonio del agente, los investigadores lo invitaban regularmente a declarar y a firmar en contra de Gijón, utilizando al policía Iván Bandera como enlace mientras lo llevaban al calabozo.
En relación a las filtraciones a la prensa, el policía local ha mencionado la "estrecha relación" entre un periodista de Diario de Mallorca y los investigadores, señalando que era habitual verlos tomar café juntos y sonreírse. Además, ha afirmado que muchas de las informaciones llegaban primero a través de la prensa, dejando claro que había filtraciones.
El testigo también ha denunciado haber recibido amenazas que lo llevaron a tener que cambiar de domicilio. Ha afirmado que vivía en un estado de terror absoluto.
En un momento del juicio, el testigo ha criticado al abogado de la defensa por su forma de interrogarlo, pidiéndole que le permita responder a las preguntas. El abogado comparó al testigo con el fiscal Subirán, lo cual el testigo respondió con sarcasmo, diciendo que lo acompañaba en el sentimiento.
Al comienzo de la jornada, otra testigo ha afirmado que se sintió coaccionada cuando la llamaron a declarar en relación a un prostíbulo en la calle Cataluña, a pesar de no tener conocimiento alguno sobre dicho lugar. Según su testimonio, el fiscal la llegó a llamar puta y ella se cuestionó si ese era un trato normal. Se sintió tratada como si fuera el verdugo en lugar de la víctima.