PALMA 10 Dic.

En una reciente declaración desde Bruselas, el conseller de Agricultura, Pesca y Medio Natural, Joan Simonet, ha expresado su firme intención de encontrar una salida al "problema generado por la Dirección General de Pesca de la Unión Europea". Esta declaración se produce en el contexto de una propuesta que busca reducir significativamente los días de pesca de arrastre en el Mediterráneo, algo que ha generado una gran preocupación en el sector pesquero local.

Simonet, quien se encuentra en la capital belga acompañado por el director general de Pesca del Govern, Antoni Grau, así como representantes del sector pesquero de Baleares y de otras regiones de España, ha manifestado la importancia de estar presentes en estas negociaciones, las cuales son cruciales para el futuro del sector pesquero. Según sus palabras, "estamos aquí para seguir de cerca las negociaciones que pueden determinar el futuro de nuestra pesca".

El conseller no ha dudado en calificar la propuesta como "inaceptable" y ha señalado que, hasta el momento, no han recibido novedades tras su reunión frente al edificio donde se lleva a cabo el Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca de la UE. La falta de información ha añadido aumenta la inquietud sobre el impacto que esto podría tener en la actividad pesquera de la región.

“Estamos a la expectativa de lo que pueda suceder, y hemos realizado un pequeño acto de presión para intentar encontrar una solución a este problema que la Dirección General de Pesca de la UE ha creado”, ha señalado Simonet, dejando clara su postura y el deseo de llegar a acuerdos que protejan la flota pesquera de Baleares.

Además, el conseller ha informado que la semana pasada envió una carta al nuevo comisario europeo de Pesca y Océanos, Costas Kadis, en la que manifestaba su oposición a la controvertida propuesta de la Comisión Europea. Esta propuesta contempla una reducción cercana al 70% en los días de actividad de las embarcaciones de arrastre, lo que Simonet considera que tendría consecuencias devastadoras.

En su advertencia, el conseller indicó que, de implementarse esta medida, Baleares podría enfrentar la falta de pescado fresco de proximidad, además de poner en grave riesgo la estabilidad de toda la estructura social y económica del sector pesquero. La comunidad autónoma no puede permitirse estos recortes que amenazan una tradición pesquera que ha acompañado a la región durante generaciones.