En un reciente operativo, las autoridades españolas han arrestado a dos individuos sospechosos de facilitar la inmigración ilegal desde Argelia hacia España, específicamente en la isla de Mallorca. Un ciudadano de Costa de Marfil y otro de Sudán han sido identificados como los capitanes de dos pateras que llegaron a las costas de la isla en las últimas semanas.
Según un comunicado oficial emitido por la Policía Nacional, desde el 25 de junio se ha incrementado la llegada de embarcaciones a Mallorca provenientes de Argelia, lo que ha llevado a la identificación de los patrones de al menos dos de estas embarcaciones por parte del Grupo de Investigación de la Ucrif.
La primera patera que arribó contenía a 25 inmigrantes subsaharianos, incluyendo 21 hombres y cuatro mujeres de diversas nacionalidades tales como Guinea, Mali, Costa de Marfil, Nigeria, Sierra Leona y Burkina Faso. El capitán de esta embarcación, originario de Costa de Marfil, fue detenido bajo sospecha de contribuir a la inmigración irregular.
La segunda embarcación, que llegó poco después, transportaba a 22 hombres, la mayoría de origen somalí, a excepción de uno que era sudanés. Este último fue identificado como el patrón y también fue arrestado, enfrentándose a cargos por favorecer la inmigración ilegal y por pertenencia a una organización criminal.
Las investigaciones revelan que estos viajes se realizaron en condiciones extremadamente peligrosas, poniendo en grave riesgo la vida de los ocupantes. La Policía ha señalado que las embarcaciones carecían de cualquier tipo de certificación y estaban sobrecargadas, llevando hasta tres veces más de lo que sería seguro en embarcaciones homologadas.
Además, se descubrió que las travesías se llevaron a cabo sin medidas de seguridad adecuadas, careciendo de elementos esenciales como radios de comunicación, bengalas, lanchas salvavidas y otros equipamientos de emergencia. Aunque una de las embarcaciones contaba con chalecos salvavidas, estos no eran homologables, lo que podría aumentar aún más el riesgo en caso de emergencia.
La Policía ha observado una tendencia alarmante por parte de las organizaciones criminales, que están prescindiendo de suministros de combustible en las embarcaciones para liberar espacio y acomodar a más migrantes. Esta práctica resulta en que muchas de estas embarcaciones puedan quedar a la deriva, con los ocupantes enfrentándose a la inminente amenaza de deshidratación o inanición.
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