El pasado 6 de octubre, en Palma, un hombre fue arrestado por la Policía Nacional tras presuntamente agredir a su arrendador con un martillo y amenazar a su expareja, con quien había estado viviendo en el barrio de Verge de Lluc.

Los acontecimientos tuvieron lugar el domingo por la tarde, cuando el servicio de emergencias 091 recibió un aviso sobre un posible caso de violencia doméstica en una vivienda local.

Según la información proporcionada por la Jefatura Superior de Policía de Baleares, al llegar al lugar, los agentes se encontraron con la mujer, quien les relató que había estado conviviendo con su expareja, de quien se había separado hace un mes, y que la relación se había tornado complicada.

La mujer indicó que el propietario del inmueble había acudido para intentar reducir la tensión entre ellos. Sin embargo, la situación se tornó violenta, ya que el acusado tomó un martillo y comenzó a destrozar muebles y otros objetos en la casa.

El arrendador intentó intervenir para detenerlo, pero recibió varios golpes en la cabeza y el torso por parte del agresor, aunque logró arrebatarle el martillo.

En un giro preocupante, el hombre luego tomó un cuchillo y salió hacia el exterior, amenazando a la mujer y al casero con prender fuego a la vivienda con ellos dentro, asegurando que no saldrían con vida.

Justo cuando los policías conversaban con la mujer, recibieron otra alerta sobre un hombre en las proximidades que portaba un cuchillo.

Dos agentes hallaron rápidamente al sospechoso, que resultó ser la expareja de la mujer. Intentaron calmarlo y persuadirlo para que arrojara el cuchillo, pero él se negó en repetidas ocasiones, mostrando una actitud desafiante.

Ante esta situación, los oficiales se vieron obligados a emplear un dispositivo de inmovilización eléctrica y sus armas reglamentarias. Tras una breve pero decisiva intervención, lograron que el individuo abandonara su resistencia y dejara el cuchillo en el suelo.

Finalmente, fue detenido bajo la acusación de malos tratos, lesiones, resistencia a la autoridad y desobediencia.

Posteriormente, los agentes se entrevistaron con el casero agredido, quien corroboró la versión de los hechos presentada por la mujer.