En un giro alarmante de los acontecimientos, la Audiencia Nacional ha sido testigo del juicio contra seis individuos acusados de adoctrinamiento terrorista, quienes fueron arrestados tras una investigación llevada a cabo por las fuerzas del orden en Mallorca. Según los agentes, las detenciones se produjeron después de que se interceptaran conversaciones que incluían "amenazas con cuchillos" y planes de realizar apuñalamientos en espacios públicos de la isla.
Los policías que participaron en la operación han declarado que el principal acusado, Tariq C., un conocido predicador salafista, había sido objeto de seguimiento durante varios años antes de su arresto en 2017. Este seguimiento se intensificó cuando se descubrió que el líder local había manifestado su intención de unirse a otro líder del grupo terrorista Estado Islámico, lo que generó preocupaciones serias sobre posibles acciones violentas inminentes.
Uno de los agentes presentes en el juicio ha precisado que los sospechosos mostraban descontento con los imanes de su mezquita en Inca, argumentando que eran demasiado "blandos" para llevar a cabo sus agendas extremistas relacionadas con Siria y el Estado Islámico. Este tipo de quejas reflejaba una intención clara de radicalización dentro de sus interacciones.
Además, el policía relató que interceptaron conversaciones en las que los acusados discutían la posibilidad de realizar acciones terroristas en junio de 2017. Las escuchas revelaron un entorno propenso a la violencia, donde algunos integrantes se sentían frustrados por la falta de fervor de los líderes religiosos locales para promover sus ideologías extremas.
Un elemento de particular interés en el juicio ha sido el análisis de una serie de vídeos de ficción titulados 'Toufik se fue a Siria'. En estos clips, el personaje principal apela al Estado Islámico como una forma de escapar de su vida en Mallorca. Mientras el fiscal sostiene que esto evidenciaba una intención de adoctrinamiento, las defensas insisten en que tales materiales son meras obras de ficción sin implicaciones reales.
El Ministerio Fiscal ha presentado un escrito en el que exige penas de ocho años de cárcel para Tariq C. y Hussein F., así como cinco años para los demás acusados, todos implicados en lo que se califica como actividades de autoadoctrinamiento terrorista. Este requerimiento judicial se fundamenta en el riesgo latente de que estos individuos estuvieran en condiciones de perpetrar un ataque contra la población.
La situación se complica aún más al revelar que el principal acusado había sido previamente prohibido de predicar en Marruecos debido a su alineación con doctrinas salafistas radicales. Consecuentemente, su actividad se ha trasladado a plataformas digitales, donde sigue esparciendo su mensaje extremista.
En resumen, este caso destaca la creciente preocupación sobre la radicalización y el adoctrinamiento en el seno de comunidades en España, donde el control de actividades extremistas sigue siendo un desafío para las autoridades. La Fiscalía continúa insistiendo en la necesidad de establecer recursos legales que prevengan el avance de tales ideologías que amenazan la seguridad nacional.
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