PALMA, 19 de junio.

La Assemblea de Docents ha llevado a cabo una contundente manifestación en contra de las recientes medidas educativas incluidas en el acuerdo presupuestario firmado entre el PP y Vox. Con una irónica acción teatral, los docentes se dieron cita frente al Consolat de Mar, donde llevaron consigo una camisa azul con el símbolo de la Falange, simbolizando su oposición a las políticas acordadas.

El evento, que tuvo lugar el pasado jueves por la tarde, contó con la presencia de siete miembros de la Assemblea de Docents, quienes recorrieron parte del Passeig Sagrera mostrando la camisa sobre un cojín y debajo de un toldo, generando un ambiente de sátira y resistencia.

Al llegar al Consolat, una de las representantes, adornada con una pulsera de los colores de la bandera española, leyó una carta que estaba irónicamente firmada por la ficticia asociación 'Educar sin Suciedad ni Porquería, Ya!'. En el escrito, expresaron sus "felicitaciones" a la presidenta del Govern balear, Marga Prohens, por los "razonables pasos" dados a través de su pacto con Vox, que según argumentaron, llevará a "cambios significativos en las políticas sociales y educativas que mejorarán la vida en las islas, protegiéndonos de la suciedad externa y ayudando a purgar lo que ya existe internamente".

La portavoz continuó diciendo que este acuerdo permitirá implementar medidas para frenar el "efecto llamada" de migrantes que llegan en barcos a las costas, lo que, según ella, contribuye a la saturación de las aulas de las escuelas públicas, financiadas por todos los ciudadanos.

Marina Verger, una de las voces de la Assemblea, proporcionó detalles sobre el propósito de la actuación a los medios presentes, enfatizando que su intención era clara. "Esperamos que se capte la ironía, dado que hay quienes interpretan todo de manera muy literal. Queremos mostrar que las amenazas de sanciones nos intimidan poco y que estos políticos carecen de credibilidad", manifestó.

Por último, aludió a la necesidad de responder con humor ante lo que considera una serie de absurdos. "Cuando se presentan tales disparates, solo cabe replicar con otro disparate mayor; no hay lugar para un debate que se acomode a la mínima sensatez. Nuestra reacción ha sido proporcional a su inicial actuación", concluyó Verger.