PALMA, 26 de enero. – La seguridad y el orden público en Palma se vieron comprometidos el pasado 17 de enero, cuando agentes de la Policía Nacional llevaron a cabo la detención de tres individuos españoles, cuyas edades oscilan entre los 38 y 51 años, como presuntos responsables de un robo en un bar localizado en la calle Aragón de la capital balear.
Según un comunicado emitido por la Policía Nacional, los hechos tuvieron lugar en la mencionada fecha, cuando varios ciudadanos alarmados por ruidos inusuales provenientes de la calle decidieron asomarse a sus ventanas. Desde allí observaron cómo varias personas estaban tratando de acceder al bar de manera violenta, lo que llevó a algunos de ellos a contactar de inmediato con las autoridades.
Al llegar al lugar de los hechos, los agentes se encontraron con una situación perturbadora; varios vecinos se congregaron frente al bar, que presentaba evidentes signos de haber sido forzado. La verja metálica del establecimiento estaba dañada y la cristalera fracturada, mientras que el interior del local mostraba un desorden evidente, confirmando la sustracción de la caja registradora.
Con el objetivo de capturar a los responsables, diversas patrullas policiales iniciaron un operativo en las inmediaciones. Fue en este contexto que los agentes localizaron a los sospechosos en las calles cercanas; uno de ellos había intentado ocultarse detrás de una farola, lo cual delata la preocupación por ser descubierto. En el transcurso de la búsqueda, la Policía recuperó la caja registradora entre dos vehículos, junto con párrafos de herramientas, monedas y otros objetos pertenecientes al bar.
Una vez en la comisaría del Distrito Centro, los agentes lograron identificar a uno de los detenidos, el hombre de 51 años, como el presunto autor de un robo previo en un supermercado de la barriada de Pere Garau. Se pudo constatar que el 13 de enero, apenas cuatro días antes del atraco en el bar, este individuo había ingresado en un supermercado, donde tomó una botella de licor, escondiéndola entre sus ropas.
Cundo el sospechoso intentó salir del establecimiento sin pagar la botella, fue interceptado por varios empleados, quienes le pidieron que abonara el producto. En respuesta, este amenazó con un lenguaje intimidante, argumentando “dejadme ir, tengo una cosa en el bolsillo que no puedo sacar aquí y no os va a gustar”, mientras exhibía un cuchillo de grandes dimensiones. Ante la amenaza, los trabajadores optaron por permitirle la salida, una decisión comprensible dada la circunstancias.
Posteriormente, este individuo fue reconocido por los empleados y por los agentes, lo que resultó en la acusación por robo con violencia en el supermercado. Cabe destacar que este hombre, con un historial delictivo que incluye alrededor de 25 antecedentes policiales, fue puesto a disposición judicial, donde se determinó su ingreso en prisión, subrayando la seriedad de los cargos en su contra.
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