Recientemente, se ha revelado una irregularidad significativa en las aguas de Ibiza, donde pescadores recreativos han sido sorprendidos con ejemplares de pez limón que no cumplen con las normativas de captura. Se ha determinado que estos peces medían entre 26 y 29 centímetros, muy por debajo del límite legal establecido de 35 centímetros.

Joan Simonet, el conseller de Agricultura, Pesca y Medio Natural, enfatizó la crucial necesidad de estas inspecciones para asegurar que se respeten las normas vigentes. Destacó que la adherencia a las tallas mínimas de captura no solo es un imperativo normativo, sino una medida esencial para garantizar la sostenibilidad de la pesca y preservar nuestros recursos marinos.

En un comunicado oficial, la Conselleria ha anunciado que su equipo de inspección pesquera confiscó un total de 14 peces limón de los cuales se aprehendieron en Punta Prima, Formentera. Estos ejemplares, que pertenecían a una embarcación originaria de Ibiza, no solo eran de talla inadecuada, sino que también se descubrió que no se había realizado el corte habitual en el lóbulo de la aleta caudal, como exige la regulación balear desde 2014.

Es importante mencionar que, a partir de junio de este año, la Conselleria revisó las regulaciones y aumentó la talla mínima para la pesca recreativa del pez limón a 35 centímetros, una modificación bien recibida por el sector. Antes de este cambio, la talla permitida era de 30 centímetros desde 1999. Por ende, las infracciones continuaron ocurriendo bajo ambas normativas, sin que los peces confiscados cumplieran con los estándares requeridos.

La labor de la Conselleria no terminará aquí, ya que es responsable de gestionar las denuncias correspondientes. De acuerdo con la Ley 6/2013, del 7 de noviembre, que regula la pesca marítima, la tenencia y comercialización de peces que no cumplan con la talla mínima se considera una infracción grave, lo que puede conllevar sanciones de hasta 60.000 euros y el decomiso de los ejemplares capturados.