La reciente comunicación del Gobierno central al Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales (IMAS) ha suscitado un intenso debate en el Parlamento balear, donde se ha informado que Mallorca deberá recibir a 20 menores migrantes adicionales.

Durante la última sesión de control al Ejecutivo, los integrantes del Govern y el PSIB intercambiaron acusaciones sobre la gestión de la acogida de estos menores. La diputada del PSIB, Teresa Suárez, arremetió contra el Govern, tildándolo de “racista y antidemocrático” debido a su decisión de no participar en la conferencia sectorial dedicada a infancia y juventud, que tuvo lugar en julio. La ausencia, según ella, resultó en la pérdida de seis millones de euros destinados a la atención de menores.

La consellera responsable, no obstante, defendió la decisión de no asistir, argumentando que era necesario enfrentar el “rodillo” del Gobierno central. Además, apuntó que no se había perdido la mencionada suma, aclarando que se había acordado un reparto de dos millones de euros para los menores ya acogidos. Ante estas afirmaciones, la consellera lanzó una pregunta a Suárez: “¿Le parece suficiente?”

Por su parte, Suárez acusó al Govern de fomentar un clima favorable al extremismo y al fascismo, advirtiendo que su postura podría repercutir negativamente en las próximas elecciones de 2027. La respuesta de Estarellas fue igualmente contundente, replicando la acusación de favorecer el fascismo y recriminando al PSIB su inquebrantable apoyo al presidente Pedro Sánchez.

La consellera concluyó señalando que la cuestión no se limita a la acogida de 49 menores, sino que la situación es más compleja. En este contexto, Estarellas reveló que el presidente del IMAS, Guillermo Sánchez, le había informado que el Gobierno central ha decidido incrementar la cifra de menores a recibir en Mallorca en 20 más.