PALMA, 7 de octubre. En una declaración conmovedora, Lucía Muñoz y Alejandra Martínez, líderes de Podemos Baleares, han informado que no regresarán a su isla natal hasta que se asegure la repatriación de su compañera, Reyes Rigo, quien permanece actualmente en Israel.
Las activistas mallorquinas llegaron a Madrid el lunes por la noche, tras participar en la Global Sumud Flotilla, y han decidido permanecer en la capital exigiendo al Gobierno español que garantice el regreso inmediato de Rigo. Este planteamiento fue confirmado por Podemos a través de un comunicado oficial.
Muñoz y Martínez han expresado su preocupación por la falta de información respecto al estado físico y mental de Rigo, enfatizando su compromiso de estar en Madrid para visibilizar su situación y ejercer presión política para su liberación.
Ambas han demandado a las autoridades españolas y al Ministerio de Asuntos Exteriores que tomen acción urgente para obtener claridad sobre el bienestar de Reyes, garantizar su seguridad y facilitar su pronto regreso a España.
Las activistas han subrayado que el trato recibido, siendo ellas mismas reconocidas como ciudadanas europeas, destaca la gravedad de la represión que se está imponiendo por parte de Israel. “Si esto les sucede a activistas del norte global, con el mundo entero observando, es fácil imaginar lo que ocurre diariamente con las mujeres del sur global y el pueblo palestino,” afirmaron.
De acuerdo con su relato, durante su detención experimentaron privaciones severas, maltrato físico y psicológico, así como violencia institucional. Martínez agregó que Rigo fue objeto de un acto de “extrema violencia” durante su encarcelamiento.
El incidente se agrava cuando, a instancias de las autoridades carcelarias, se les exige a las activistas que cambien de celda. Ellas se negaron a hacerlo sin los escasos colchones que habían conseguido tras varias noches sin dormir. Aunque al principio los guardias accedieron a que recuperaran los colchones, más tarde revertieron su decisión y las intentaron arrastrar para quitárselos.
En ese contexto, se produjo una confrontación en la que ambas activistas, Rigo y otra compañera, quedaron separadas del grupo y, al intentar proteger a la otra, Rigo intervino. La situación escaló a tal punto que fueron "arrastradas violentamente" y luego devueltas a su celda con los demás detenidos. Poco tiempo después, veinte agentes de la prisión ingresaron en la celda y se llevaron nuevamente a Rigo y a su compañera, Nina.
Muñoz y Martínez han señalado que esta fue la última ocasión en la que vieron a Rigo y que desde entonces no han recibido información oficial sobre ella. “Este es un claro ejemplo del trato que hemos recibido como ciudadanos del norte global; es preocupante imaginar lo que podrían estar haciendo con las compañeras del sur global y con el pueblo palestino,” lamentó Muñoz.
Relatan que, cuando solicitaron información sobre Rigo antes de ser trasladadas al aeropuerto, los oficiales israelíes se negaron a proporcionar respuestas. A raíz de esto, las activistas resistieron salir hasta obtener información, pero fueron forzadas a abandonar la celda, maniatadas y arrastradas hacia el autobús que las llevaría a su deportación.
Para estas mujeres de Mallorca, la “brutalidad” de estos acontecimientos subraya la “impunidad” con la que actúan las autoridades israelíes y la necesidad de una respuesta decisiva por parte del Gobierno español y la comunidad internacional.
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