Crónica Baleares.

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Pau Rigo disparó a su víctima a menos de dos metros, afirman expertos de la Guardia Civil.

Pau Rigo disparó a su víctima a menos de dos metros, afirman expertos de la Guardia Civil.

PALMA, 13 de noviembre. En un caso que ha captado la atención pública, Pau Rigo, un anciano de 80 años, se enfrenta a un juicio por la muerte de un ladrón que entró a su hogar en Porreres, Mallorca, en febrero de 2018. Se ha confirmado que Rigo disparó a su atacante con una escopeta que poseía, a una distancia muy corta, no superior a dos metros.

Este miércoles, durante el juicio con jurado que se desarrolla en la Audiencia Provincial de Palma, un especialista en criminalística de la Guardia Civil presentó un informe detallado sobre las evidencias recolectadas en el lugar del incidente. El testigo, un agente del cuerpo, expuso que los análisis químicos realizados sobre las prendas de vestir del anciano y del fallecido revelaron información crucial sobre la situación del disparo.

Según el testimonio del agente, se determinó que la distancia entre el cañón de la escopeta usada por Rigo y el abdomen del ladrón era de entre uno y dos metros. Además, destacó que la escopeta involucrada medía 1,13 metros de longitud, lo que sugiere que el enfrentamiento fue a muy corta distancia.

Los exámenes realizados por los agentes incluyeron el análisis del orificio causado por el disparo en la ropa del ladrón, concluyendo que la forma del agujero indicaba un tiro a quemarropa. El agente también mencionó que se encontraron residuos de disparo en el borde del orificio y en otras partes del vestuario de la víctima, lo que refuerza la hipótesis de que el disparo se realizó a corta distancia.

El perito explicó que "los residuos de disparo son partículas generadas en el interior de un arma de fuego y no hay procesos humanos o industriales conocidos que produzcan características similares". También indicó que la presencia de plomo en los residuos son “indicios claros de que se trató de un disparo con arma de fuego” y que la distancia fue la mencionada anteriormente.

Otro agente del Instituto Armado, encargado de la balística, testificó que la vaina del cartucho hallada en el hogar de Rigo y su exesposa fue disparada por una de las escopetas para las que el anciano tenía licencia, concretamente una de doble cañón.

Durante la audiencia, los guardias civiles que realizaron el análisis de ADN presentaron evidencias del perfil genético de Rigo, el cual fue hallado en el pijama que vestía ese día, así como en dos escopetas y en la pata de cabra utilizada por los ladrones para forzar la entrada. Este análisis reveló restos de sangre de Rigo en el pijama, en el suelo y en un mueble cercano al lugar donde ocurrió el disparo, y también se identificaron restos orgánicos en la herramienta empleada por los ladrones.

A la pregunta del abogado del ladrón que sobrevivió al asalto —hermano gemelo del fallecido—, el agente admitió que no puede establecer cómo llegó el ADN de Rigo a la pata de cabra, aunque sugirió que es más probable que se debiera a un contacto directo en lugar de indirecto.

Se anticipa que el juicio contra Rigo y los otros tres acusados de planificar y llevar a cabo el robo en su domicilio concluirá este jueves y viernes, con la presentación de los testimonios de los forenses y los argumentos finales de ambas partes.

En cuanto a las sanciones, la Fiscalía y la acusación particular han solicitado penas de cuatro y diez años de prisión para Rigo, acusado de homicidio, mientras que su defensa demanda su absolución. Por otro lado, los dos cómplices de los ladrones, quienes han admitido su participación en el robo, podrían ver reducidas sus penas a tres años, mientras que el ladrón que se enfrentó a Rigo podría ser condenado a seis años de prisión.