
PALMA, 29 de agosto.
La Autoridad Portuaria de Baleares (APB), en colaboración con el Ayuntamiento de Palma, ha revelado un ambicioso proyecto para transformar la zona del Portitxol. Este plan tiene como objetivo revitalizar este enclave estratégico, creando un frente marítimo que sea más accesible, integrado y respetuoso con el medio ambiente.
La propuesta contempla la creación de 4.300 metros cuadrados de espacio público y la adición de 5.500 metros cuadrados destinados a áreas verdes. Asimismo, se eliminarán las barreras arquitectónicas que obstaculizan el acceso y la vista al mar, se mejorará la movilidad para los residentes y se optimizará la funcionalidad de los usos portuarios, fortaleciendo la conexión entre el muelle y el barrio adyacente, según informa la APB.
El presidente de la APB, Javier Sanz, acompañado del director Toni Ginard y del concejal de Turismo, Cultura, Deportes y Coordinación Municipal, Javier Bonet, presentó el proyecto a las asociaciones vecinales en un encuentro celebrado en el emblemático edificio de Can Salas, conocido como sa Petrolera.
En palabras de Sanz, este cambio busca transformar un área antiguamente cerrada y problemática en un lugar abierto, ordenado y sostenible. Según él, este nuevo enfoque no solo mejorará la calidad de vida de los ciudadanos, sino que también convertirá al Portitxol en un área accesible y vibrante que prioriza las necesidades de las personas.
Uno de los aspectos más destacados del plan es la remodelación del paseo marítimo y las intervenciones en la desembocadura del torrente de na Bàrbara. Esto incluye la eliminación del desnivel de aproximadamente cuatro metros que existe actualmente entre el paseo y los muelles, así como la mejora de la accesibilidad en toda la zona urbana, creando 4.300 metros cuadrados de espacio abierto.
El nuevo diseño busca facilitar la coexistencia armoniosa entre los vecinos y las actividades comerciales, de restauración, y recreativas que también se desarrollan en el área.
De esta manera, se establecerán nuevos espacios que fomenten la socialización y el disfrute al aire libre, se habilitará un aparcamiento para residentes, se peatonalizará la calle de la Sirena y se reorganizarán los accesos vehiculares, priorizando así a los habitantes y a los peatones.
Además, la reorganización de los espacios portuarios permitirá crear una gran plaza frente al mar y la construcción de un aparcamiento subterráneo, mejorando considerablemente las áreas que actualmente están dedicadas al tráfico y a la marina seca, en favor de 5.500 metros cuadrados destinados a espacios verdes y recreativos.
La propuesta también implica una renovación significativa de las infraestructuras portuarias, reorganizando servicios y optimizando áreas que hoy en día están infrautilizadas, además de establecer nuevos fondeos para pequeñas embarcaciones.
De este modo, la escuela de vela actualmente operada por el Club Nàutic Portitxol se trasladará al muelle de pescadores, mientras que el varadero y la marina seca se ubicarán en la zona de Troneras.
Las zonas de Troneras y sa Roqueta, que hoy día muestran una distribución poco eficiente, se beneficiarán de la instalación de una estación de servicio de combustible para embarcaciones y la optimización del espejo de agua, atendiendo así a la demanda social de amarres.
La integración de usos ciudadanos y portuarios encontrará un nuevo ejemplo con la construcción de una cubierta transitable que se unirá al dique exterior de Troneras, donde se crearán nuevas áreas para la gestión portuaria, como almacenes y talleres. Este modelo se asemeja al exitoso proyecto desarrollado hace unos años en el puerto del Molinar, que ha triunfado entre los vecinos.
El Portitxol, ubicado al este del puerto de Palma, es una pequeña dársena artificial destinada a embarcaciones pequeñas, y goza de gran aceptación entre los residentes como un espacio de ocio y disfrute del mar.
El sitio, con una rica historia que se remonta a la prehistoria, ha sido testigo de intercambios comerciales entre civilizaciones como la romana y la fenicia. Desde el siglo XVIII, el barrio de Molinar ha crecido con la llegada de pescadores y veraneantes, lo que transformó su carácter.
Sin embargo, su mayor transformación ocurrió en el siglo XIX y principios del XX, cuando establecido un fuerte tejido industrial que le confirió un carácter obrero y político distintivo.
Hoy en día, el Portitxol forma parte del dominio público portuario bajo la gestión de la APB, que se encarga de los amarres de embarcaciones, en su mayoría menores a ocho metros, tanto de forma directa como a través del Club Nàutic Portitxol.
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